En el Colegio San Gabriel Arcángel como ya es tradicional
El lunes 06 de abril de 2015 en las dependencias del Colegio San Gabriel Arcángel de Los Ángeles desde las 18:00 horas, se reunieron los funcionarios de la Fundación Juan XXIII para celebrar en conjunto la Pascua de Resurrección del Señor Jesús. La actividad congrego a personas que trabajan en los distintos colegios y también en el área administrativa de dicha Fundación.
La celebración se inició en la Capilla del Colegio San Gabriel Arcángel, en donde se realizó una ceremonia que fue dirigida por el Presbítero Pedro Mieres, el que fue acompañado por los capellanes de los distintos establecimientos educacionales que integran la Fundación Juan XXIII.
Durante su desarrollo se destacó que era día de fiesta y alegría toda la familia de la Fundación Juan XXIII; juntos celebramos la Pascua del Señor, dándole gracias porque también nosotros hemos recibido la Vida Nueva de Cristo resucitado. Además de ello se reflexiono ¿Por qué buscan entre los muertos a Aquel que vive? ¡No está aquí! ¡Ha resucitado!
En la noche del sábado en todo el mundo, ha resonado esta gran noticia, se ha encendido el Cirio Pascual, y se ha elevado hacia Dios el canto gozoso del Aleluya. Dejémonos encontrar hoy por Aquel que venció a la muerte, que está vivo, y nos da una nueva vida. Esta es la esperanza que nos ilumina y sostiene nuestro caminar dando testimonio como sus discípulos.
Posteriormente se realizó la renovación de las promesas bautismales, ya que al igual que los primeros discípulos, necesitamos permanentemente renovar nuestra fe y adhesión al Señor Jesús. Nuestros padres nos dieron la vida natural del cuerpo, pero Dios nos da el alma y nos destina, además, a una vida sobrenatural. Según el plan de amor del Señor, el bautismo es necesario para nuestra salvación. El Bautismo es el sacramento por el que renacemos a la vida divina y somos hechos hijos de Dios. Cuando éramos pequeños nuestros padres y padrinos se comprometieron ante Dios y ante la Iglesia a irnos educando progresivamente en la fe cristiana. Ahora, adultos renovemos nuestras promesas bautismales y confesemos la fe que nuestros papás y padrinos proclamaron aquel día por nosotros.
Continuando con la celebración se recibió el mensaje central de la Palabra de Dios: Jesús de Nazareth ¡ha resucitado! Recordemos que la Palabra de Dios, es fuerza de Dios para la salvación del que cree. Los Evangelios son el corazón de todas las Escrituras «por ser el testimonio principal de la vida y doctrina de la Palabra hecha carne, nuestro Salvador». En la sagrada Escritura, la Iglesia encuentra sin cesar su alimento y su fuerza, porque, en ella, no recibe solamente una palabra humana, sino lo que es realmente: la Palabra de Dios. El Padre que está en el cielo sale amorosamente al encuentro de sus hijos para conversar con ellos.
La liturgia continúo con una reflexión, para luego dar paso a la oración universal, en donde llenos de gozo por la Resurrección de Jesucristo y renovados en el Espíritu, presentaron sus súplicas al Señor. Como la oración es un encuentro personal con Dios, fuente de la propia vida, cada uno de los participantes de la celebración se dirigió al Padre en una oración privada, personal, en silencio… Sabiendo que Él nos ama, por ello, en un diálogo de confianza y amor, pusieron en sus manos sus deseos de seguir los pasos de Jesús y aquellas necesidades que nos afligen.
Una vez concluida la celebración en la Capilla, los asistentes a la actividad se reunieron en el patio del Colegio para cantar y alabar al Señor.